EL PAIS
Demasiadas persianas bajadas hacen sospechar que en los bloques de pisos del Plan Joven de Tres Cantos viven pocas personas. La ocupación de las 1.000 viviendas que se sortearon en marzo de 2007 es del 41%. Hay 590 pisos deshabitados, porque los adjudicatarios han renunciado a ellos. El problema principal es el encarecimiento de los precios y la disminución de la superficie con respecto a la información que recibieron cuando se apuntaron al proyecto. El PSOE considera el caso de Tres Cantos, con el nivel de ocupación más bajo de la región, como el paradigma del fracaso del programa estrella de vivienda de la Comunidad de Madrid.
Los importes que se barajaban en el momento del sorteo, y que publicitó el Ayuntamiento en su revista municipal, eran de 441 euros mensuales de alquiler y una opción de compra de 120.000 euros por pisos de 70 metros cuadrados. En este momento, los inquilinos pagan 550 euros al mes de arrendamiento más 70 de comunidad por una vivienda de 55 metros útiles distribuidos en dos habitaciones, salón con cocina integrada, un baño y en algunos casos terraza. Incluyen plaza de garaje y trastero. La adquisición se ha disparado a alrededor de 180.000 euros. El precio varía dependiendo de la superficie útil. Además, el tiempo transcurrido entre la adjudicación y la construcción de los edificios, ha hecho variar las circunstancias personales de muchos de los interesados.
Carolina, Enma, David … fueron tres de los agraciados con una vivienda. Recuerdan un día de fiesta lleno de abrazos. Seis años y medio después, y en un entorno económico totalmente diferente, la ilusión se ha desvanecido. “Decepción”, así describe Carolina Muñoz, administrativa de 33 años, el sentimiento que le produce pensar en ello. Decidió renunciar a su casa principalmente por el precio. Sigue en Tres Cantos y comparte piso “pero en otro lugar”. “Pagar casi 200.000 euros por esas casas no tiene sentido, sale más caro que el mercado libre”, explica.
David Martín, ingeniero aeronaútico de 29 años, ha decidido continuar adelante. A él le tocó uno de los bajos, pequeño como todos, con una gran terraza de 60 metros cuadrados. “Lo mejor de la casa”, dice. En cuanto a comprar ni se lo plantea. El portavoz de la Asociación de Vecinos de Tres Cantos Pedro Ayala sostiene que la realidad actual a la que se enfrentan estos jóvenes es el producto de una publicidad institucional engañosa.
Desde la Consejería de Transportes, Infraestructuras y Vivienda indican que no se ha mentido a nadie. “Cuando se sortearon las viviendas no estaban calificadas y no se sabían las condiciones exactas”, puntualizan. El Ayuntamiento tricantino, gobernado por el PP, mantiene la misma tesis.
El Plan de Vivienda Joven nació en 2005. Se prometieron 150.000 viviendas en la región y se llegaron a inscribir 700.000 personas. Antonio Fernández Gordillo, diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid constata que: “A estas alturas solo hay 13.500 pisos construidos, de los cuales un 20% está vacío”. Para Gordillo el plan nació cojo desde el principio, porque no había suelo y la iniciativa era privada. En Tres Cantos se firmó un convenio entre Ayuntamiento, Comunidad de Madrid y la empresa FCC, que ha vendido parte de los pisos a gestoras privadas (mantiene 424 y 576 han pasado a manos de Gesnova, de Bankia). Esto ha provocado que las viviendas en poder de FCC tienen que pagar el IVA, mientras que las transmitidas a otra gestora ya lo han abonado.
Lydia Martínez, portavoz del PSOE de Tres Cantos, aboga por crear una bolsa de alquiler de vivienda protegida que se abra a otro tipo de familias y colectivos como empresas. Para dar salida a estas viviendas, el Gobierno regional modificó en julio la normativa. Entre otras medidas, el Plan Joven se abre a mayores de 35 años y se reduce el tiempo para ejercer el derecho de compra, de los entre cinco y siete años al primer año de arrendamiento.
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